Ahorrar y cuidar el medio ambiente cuando se conduce es posible, siempre que se tengan en cuenta algunos consejos. Elementos como la ruta que se va a seguir, el mantenimiento y la conducción responsable influyen mucho tanto en el bolsillo como en el planeta.
Uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos como sociedad es frenar la contaminación que generamos en el planeta. Las emisiones de gases de efecto invernadero forman parte del problema, y el uso de automóviles es uno de los factores que más contribuyen a ello.
En este sentido, además de cuidar el medio ambiente, muchos conductores se preguntan cómo ahorrar dinero y ser más amigables con la tierra. Y la buena noticia es que es posible poniendo en práctica una serie de consejos prácticos. Consejos como los siguientes:
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Planificar la ruta para optimizar kilómetros
Una de las claves para reducir costes y emisiones es planificar con antelación cada desplazamiento, eligiendo las rutas más cortas y rápidas, que ayuden a gastar menos combustible y generar menos contaminación.
Un optimizador de rutas ayuda a particulares y empresas en este sentido, ya que analizan el tráfico en tiempo real y facilitan la ruta más eficiente para hacer el viaje. Al reducir el kilometraje recorrido y evitar los embotellamientos, no solo se ahorra tiempo, sino emisiones de CO2.
Velocidad constante
Mantener una velocidad constante es fundamental para una conducción ecológica. Acelerar y frenar de forma brusca aumenta el consumo y las emisiones de gases contaminantes. Por tanto, hay que tratar de mantener una velocidad adecuada a la vía y constante, bien utilizando el control de crucero o controlando el velocímetro siempre que sea posible.
Mantenimiento y recambios ecológicos
Otro detalle esencial para conducir de forma eficiente es un mantenimiento adecuado. Por eso, es necesario realizar las revisiones periódicas que marca el fabricante y mantener los neumáticos inflados de manera correcta. Unos neumáticos desinflados aumentan la resistencia al roce y, por tanto, el consumo de combustible.
Además, cuando sea necesario utilizar alguna pieza para sustituir una rota o desgastada, lo mejor es elegir un recambio verde, procedente de un desguace. Tienen una buena duración y contribuyen a reducir residuos que pudieran causar daños al medio ambiente.
Cambio de marchas adecuado
Cambiar las marchas en el momento preciso es otro de los fundamentos de la conducción ecológica. Cuando se cambia a una marcha superior al momento en el que el motor lo necesita, se reduce el consumo de combustible y las emisiones contaminantes.
Como norma general, los cambios de marcha se recomiendan entre las 2000 y 2500 revoluciones por minuto, en caso de coches de gasolina, y entre las 1500 y las 2000 si se conduce un vehículo con motor diésel.
Apagar el motor en paradas prolongadas
Si el vehículo va a pasar más de un minuto parado, se recomienda apagar el motor. De esta manera se evita el consumo innecesario de combustible, y la consecuente emisión de gases contaminantes.
En este sentido, algunos modelos ya cuentan con sistemas de parada y arranque automático, que facilitan esta práctica.
Conducción responsable es conducción ecológica
Por último, es esencial recordar que una conducción responsable contribuye a cuidar del medio ambiente y ahorrar dinero al volante. Evitar distracciones, respetar las señales de tráfico y los límites de velocidad y mantener una distancia de seguridad adecuada reduce el número de accidentes. Además de ser más barato mantener el coche, también supone un importante ahorro en vidas humanas.
En resumen, adoptar un modelo de conducción ecológico no solo tiene beneficios para el planeta, sino también para reducir el impacto en el bolsillo.
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