Sindrome del dedo azul

Piernas azules

ResumenEl síndrome del dedo azul agudo es una enfermedad benigna poco frecuente que simula una isquemia digital. Presentamos el caso de una mujer de 32 años que se presentó con una historia de 6 horas de decoloración azul del dedo medio de la mano derecha, asociada a dolor e hinchazón. No había antecedentes de traumatismo y era la primera vez que la paciente experimentaba estos síntomas. En la exploración se observó una decoloración azul del dedo, principalmente en la cara volar, con hinchazón asociada. Todas las investigaciones, incluidos los análisis de sangre, las radiografías y la exploración Doppler, fueron normales. Los síntomas se resolvieron espontáneamente en 48 horas. No hubo episodios recurrentes ni secuelas a largo plazo. Los pacientes que presentan un dedo azul agudo necesitan una evaluación rápida para excluir la isquemia de los dedos. El conocimiento de esta rara afección benigna puede evitar la angustia innecesaria, las investigaciones invasivas y el tratamiento potencialmente perjudicial de un paciente sano.

¿Por qué tengo las manos azules?

Una mujer de 62 años acudió a la clínica de Medicina Vascular quejándose de una dolorosa decoloración azul en el segundo dedo de la mano derecha desde hacía unos diez días. Describió una sensación de ardor similar a “tocar una estufa”. Informó de que el dedo estaba frío, azul e hinchado.

Negó cualquier síntoma de claudicación del brazo o de la mano. Los antecedentes médicos sólo eran significativos para el hipertiroidismo y no había antecedentes familiares de trombosis o aneurismas. Nunca fue fumadora y negó el consumo de cannabis. No hay antecedentes de consumo de cocaína, terapia hormonal o esteroides anabólicos. También negó antecedentes de fenómeno de Raynaud o ataques de migraña. En la exploración física había manchas de cianosis y la punta estaba limpia. El dedo era sensible a la palpación con la punta fría y el relleno capilar normal. Era posible obtener señales Doppler. La decoloración no blanqueaba y el test de Allen era normal. La exploración de todos los demás dedos de la mano derecha y de la mano contraria no presentaba ninguna anomalía. El ritmo cardíaco era regular y no había soplos, galopes ni roces. Los pulsos bilaterales de las arterias carótida, radial, cubital, femoral, poplítea, dorsalis pedis y tibial posterior estaban presentes y eran normales.

Dedo morado

El síndrome de Achenbach, también conocido como hematoma paroxístico de los dedos, es una afección poco frecuente que provoca hematomas y dolor espontáneos en uno o varios dedos. A pesar de su curso benigno y autolimitado, la notable presentación clínica puede sugerir una enfermedad vascular y hematológica grave que lleva a derivaciones innecesarias y a investigaciones invasivas. Los autores presentan el caso de una mujer de 60 años con un dedo agudo doloroso y magullado. Todos los demás hallazgos físicos y las investigaciones eran normales, excepto la tiroiditis autoinmune. Basándose en la presentación clínica y la evolución, se hizo el diagnóstico de síndrome de Achenbach y los síntomas se resolvieron sin tratamiento.

Síndrome del dedo muerto

La sangre es de color rojo brillante cuando circula la cantidad adecuada de oxígeno por el cuerpo. Sin una cantidad adecuada de oxígeno, la sangre se oscurece y se producen cambios de color -incluido el cambio a un tono púrpura-.

Cuando aparece el dedo morado, es una señal de que no está llegando suficiente sangre oxigenada a esa o quizás a otras zonas del cuerpo. Si persiste, especialmente después de calentar las manos, o si aparece con otros síntomas preocupantes, busque una evaluación médica.

La investigación aún no ha identificado la causa del síndrome de Achenbach. También puede causar el cambio de color púrpura en los dedos junto con otros síntomas. Por lo general, desaparecen sin tratamiento ni daños duraderos.

No hay cura para los sabañones. Dado que las temperaturas frías lo desencadenan, puede tratar la afección manteniendo las manos u otras zonas afectadas secas y calientes. Además, hay que mantener la temperatura corporal y evitar fumar.

Estas medidas suelen ser suficientes para mantener los sabañones bajo control. Si no es así, un profesional sanitario puede recetar Procardia XL (nifedipino) o Pentoxil (pentoxifilina), medicamentos que actúan para mejorar el flujo sanguíneo.