Fiebre reumática
La artritis reumatoide (AR) es una forma inflamatoria de artritis que comienza de forma insidiosa y puede afectar a muchas de las articulaciones y órganos del cuerpo. Este tipo de artritis, más frecuente en mujeres que en hombres y en individuos de entre la tercera y la sexta década de vida, puede ser especialmente destructiva para las articulaciones de las manos. Hay varios síntomas reveladores que pueden indicar que se está padeciendo esta enfermedad.
A medida que la AR avanza, casi siempre se convierte en poliarticular (lo que significa que afecta a cinco o más articulaciones del cuerpo). Sin embargo, al principio del proceso de la enfermedad, los síntomas suelen comenzar en una o dos de las articulaciones más pequeñas del cuerpo. La mano es una localización inicial frecuente. En las secciones siguientes se detallan los síntomas comunes que pueden observarse en las manos o los dedos si se padece AR.
Uno de los signos distintivos de la AR es el dolor y las molestias en las manos y los dedos. Las personas que padecen AR en las manos suelen experimentar tanto dolor en las propias articulaciones como dolor con los distintos movimientos de la mano.
El dolor de la artritis reumatoide puede comenzar de forma repentina y puede llegar a ser bastante intenso a las 24 o 48 horas de su aparición inicial. Este mismo dolor también puede desaparecer con la misma rapidez. A veces el dolor afecta a la misma articulación con cada brote de AR, mientras que otras veces salta de una articulación a otra de la mano.
Reumatismo deutsch
La artritis reumatoide tiene una distribución mundial con una prevalencia estimada del 1 al 2%. La prevalencia aumenta con la edad, acercándose al 5% en mujeres mayores de 55 años. La incidencia media anual en los Estados Unidos es de aproximadamente 70 por cada 100.000 personas al año. Tanto la incidencia como la prevalencia de la artritis reumatoide son de dos a tres veces mayores en las mujeres que en los hombres. Aunque la artritis reumatoide puede presentarse a cualquier edad, los pacientes suelen verse afectados por primera vez entre la tercera y la sexta décadas.
El caso típico de artritis reumatoide comienza de forma insidiosa, con un desarrollo lento de los signos y síntomas durante semanas o meses. A menudo, el paciente nota por primera vez rigidez en una o más articulaciones, normalmente acompañada de dolor al moverse y de sensibilidad en la articulación. El número de articulaciones afectadas es muy variable, pero casi siempre el proceso es finalmente poliarticular, afectando a cinco o más articulaciones. Ocasionalmente, los pacientes experimentan un inicio poliarticular explosivo que se produce en 24 a 48 horas. Otro patrón es una presentación palindrómica, en la que los pacientes describen una inflamación en una o dos articulaciones que puede durar de unos días a semanas y luego desaparecer por completo, para volver más tarde en la misma o en otras articulaciones, con un patrón que aumenta con el tiempo.
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La mano y la muñeca tienen múltiples articulaciones pequeñas que trabajan juntas para producir movimiento, incluido el movimiento fino necesario para enhebrar una aguja o atar un cordón de zapato. Cuando las articulaciones se ven afectadas por la artritis, las actividades de la vida diaria pueden resultar difíciles. La artritis puede aparecer en muchas zonas de la mano y la muñeca y puede tener más de una causa.
Las articulaciones sanas se mueven con facilidad gracias a un tejido liso y resbaladizo llamado cartílago articular. El cartílago cubre los extremos de los huesos y proporciona una superficie de deslizamiento suave para la articulación. Esta superficie lisa está lubricada por un líquido de aspecto y tacto similar al aceite. Lo produce el revestimiento de la articulación, llamado sinovia.
Cuando la artritis se produce por una enfermedad, la aparición de los síntomas es gradual y el cartílago disminuye lentamente. Las dos formas más comunes de artritis por enfermedad son la artrosis y la artritis reumatoide.
La osteoartritis es mucho más frecuente y suele afectar a las personas mayores. También conocida como artritis por “desgaste”, la artrosis hace que el cartílago se desgaste. Aparece con un patrón predecible en determinadas articulaciones.
Artritis deutsch
La mano es una de las estructuras más complejas del cuerpo humano. Está diseñada para dar un agarre potente, levantar objetos pesados y manipular otros pequeños (como pasar un hilo fino por el ojo de una aguja diminuta). Formada por la muñeca, la palma y los dedos, cada mano contiene 27 pequeñas articulaciones, el mismo número de huesos y un montón de músculos, tendones y ligamentos. Toda esta complejidad también hace que la mano sea un objetivo principal de la artritis reumatoide (AR).
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica e inflamatoria en la que el sistema inmunitario ataca por error el revestimiento de la membrana que rodea las articulaciones. Aunque la AR puede afectar a las articulaciones y los órganos de todo el cuerpo, a menudo ataca primero a las articulaciones más pequeñas, especialmente las de la mano y la muñeca, así como las de los pies.
Muchas articulaciones están cubiertas por un revestimiento llamado sinovia, que lubrica la articulación para que se mueva más fácilmente. Cuando se padece artritis reumatoide, la membrana sinovial se inflama, se espesa y produce un exceso de líquido articular. Esto se conoce como sinovitis. Ese exceso de líquido -junto con las sustancias químicas inflamatorias liberadas por el sistema inmunitario- provoca hinchazón, daña el cartílago y ablanda el hueso dentro de la articulación. El tejido inflamado puede estirar los ligamentos circundantes, lo que provoca deformidad e inestabilidad, según la Sociedad Americana de Cirugía de la Mano. La inflamación también puede debilitar y dañar los tendones. Los ligamentos son tejidos conectivos que unen dos huesos; los tendones son cuestiones conectivas que unen el músculo al hueso.
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