Ahora zona media olite

Significado de Olite

La elegante y armoniosa silueta del castillo-palacio destaca en el horizonte de Olite, una pequeña localidad del centro de Navarra a sólo 42 kilómetros al sur de Pamplona que fue sede de la Corte Real del reino en la Edad Media.

El skyline es una combinación de elegantes torres palaciegas coronadas por tejados de pizarra de la pequeña ciudad de Olite, con una población de poco más de 3.000 habitantes, en la zona de transición de Navarra entre el norte montañoso y las llanuras del sur. Un paseo por las estrechas calles de Olite le llevará a contemplar nobles casas de piedra con escudos en sus fachadas y grandiosos aleros de madera, galerías medievales y espléndidas iglesias, todo ello rodeado por una muralla romana.

Aunque hay restos romanos del siglo I, se cree que Olite fue fundada por el rey godo Suintila hacia el año 621. El monarca navarro García Ramírez otorgó a la ciudad su primer fuero y Teobaldo II le concedió una feria anual en 1276, año en que se celebró por primera vez la Corte Real en Olite.

Palacio real de Arellano

La villa de Arellano es un yacimiento arqueológico romano situado a 6,5 km al sur de Arellano, a pocos kilómetros de la ciudad de Estella-Lizarra. Su nombre, ‘Aurelianum’, dio origen al nombre del municipio. El lugar también es conocido como la “Villa de las Musas” debido al espectacular mosaico romano de “las Musas” que se encuentra en él. El mosaico se encuentra ahora en el Museo Arqueológico Nacional, pero es posible admirar una minuciosa reproducción en su ubicación original. Su nombre se debe a que representa a las nueve diosas y a las personas a las que inspiraron. Los restos arqueológicos encontrados indican que la villa fue construida entre los siglos I y V d.C. Las excavaciones han permitido diferenciar estancias del siglo I-III d.C. asociadas a la producción de vino y otras posteriores que la convirtieron en una lujosa residencia de campo relacionada con el culto a Cibeles y a su hijo y amante Atis. Uno de los hallazgos más curiosos fue una copa de vino de cerámica, el icono del museo.

Perfectamente adaptado a la silueta del cerro sobre el que se asienta, el Cerco de Artajona le ofrece la oportunidad de disfrutar de la fortificación medieval habitada más importante de la Zona Media de Navarra.

Castillo de Peñafiel

En el siglo XV, otra disputa dinástica por el control del rey de Aragón provocó divisiones internas y la eventual conquista de la parte sur del reino por Fernando II de Aragón en 1512 (anexionada definitivamente en 1524). Las Cortes de Castilla la anexionaron a la Corona de Castilla en 1515. El resto de la parte norte del reino volvió a unirse a Francia mediante una unión personal en 1589, cuando el rey Enrique III de Navarra heredó el trono francés como Enrique IV de Francia, y en 1620 se fusionó con el Reino de Francia. Los monarcas de este estado unificado tomaron el título de “Rey de Francia y Navarra” hasta su caída en la Revolución Francesa, y de nuevo durante la Restauración borbónica desde 1814 hasta 1830 (con un breve interregno en 1815).

El reino se originó en la vertiente meridional de los Pirineos occidentales, en las llanuras que rodean la ciudad de Pamplona. Según geógrafos romanos como Plinio el Viejo y Livio, estas regiones estaban habitadas por los vascones y otras tribus vascónicas-acuquenses relacionadas, un grupo de pueblos preindoeuropeos que habitaban la vertiente sur de los Pirineos occidentales y parte de la costa del Golfo de Vizcaya[14]. Estas tribus hablaban una versión arcaica de la lengua vasca, generalmente conocida por la lingüística como protovasco, así como algunas otras lenguas relacionadas, como la lengua aquitana. Los romanos tomaron el control total de la zona en el año 74 a.C., pero a diferencia de sus vecinos del norte, los aquitanos, y de otras tribus de la Península Ibérica, los vascones negociaron su estatus dentro del Imperio Romano[15] La región formó parte primero de la provincia romana de Hispania Citerior, y después de la Hispania Tarraconensis. Estaría bajo la jurisdicción del conventus iuridicus de Caesaraugusta (actual Zaragoza).

Pamplona

El castillo de Olite es un impresionante conjunto monumental mandado construir por el rey de Navarra Carlos III el Noble. La corte de Olite tenía poco que envidiar al resto de las cortes europeas durante la Edad Media. El majestuoso castillo contaba con terrazas ajardinadas, fuentes e incluso un zoológico con leones, camellos, búfalos africanos y una jirafa. En la parte más oscura del palacio se encuentra la “nevera”, una especie de huevo donde se almacenaba la nieve para hacer helados durante el caluroso verano. Nada tenía que faltar para el disfrute de los reyes navarros. Durante la guerra de la independencia contra Napoleón, el general de la guerrilla navarra Francisco Espoz y Mina ordenó quemar el castillo para que no cayera en manos del enemigo. No cayó en manos francesas, pero sí en una ruina total de la que no salió hasta que se iniciaron las obras de reconstrucción en 1937. Olite fue una ciudad romana construida en el siglo XNUMX después de Cristo, cuya función principal era proteger la vía que comunicaba Caesaraugusta (Zaragoza) con Pompaelo (Pamplona). El fuerte carácter militar de la ciudad se refleja en sus murallas, que constituyen la fortaleza romana mejor conservada de Navarra. En la Edad Media la población creció y las murallas tuvieron que ser ampliadas. Se distinguen fácilmente, ya que las romanas están formadas por grandes bloques de piedra con su característico almohadillado y en las medievales la piedra es más pequeña.