Reuma en los pies

Síntomas de la artritis reumatoide

Treinta y tres: ése es el número de articulaciones que hay en un solo pie. Cada uno de los pies contiene además 26 huesos, además de un montón de músculos, tendones y ligamentos, lo que los convierte en un objetivo principal de la artritis reumatoide. La artritis reumatoide (AR) es un trastorno inflamatorio crónico en el que el sistema inmunitario ataca por error el revestimiento de la membrana que rodea las articulaciones. Suele atacar primero las articulaciones más pequeñas, como las de las manos, y a menudo los pies. De hecho, más del 90 por ciento de las personas con AR desarrollarán dolor, rigidez, hinchazón u otros síntomas en el pie y el tobillo a lo largo de la enfermedad, según la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos. Puede consultar aquí los síntomas habituales de la artritis reumatoide.

Las articulaciones están cubiertas por un revestimiento llamado sinovia. Su función es lubricar la articulación para que se mueva con mayor facilidad. La AR provoca una hiperactividad en este revestimiento. La membrana sinovial se inflama, se espesa y produce un exceso de líquido articular. Ese exceso de líquido -junto con las sustancias químicas inflamatorias liberadas por el sistema inmunitario- provoca hinchazón, daña el cartílago y ablanda el hueso dentro de la articulación. Una enfermedad sistémica, la AR también afecta a los ligamentos y al tejido blando circundante, dice Brett Sachs, DPM, cirujano de pie y tobillo en Colorado. “Cuando esto ocurre, las articulaciones empiezan a debilitarse y es entonces cuando pueden producirse las deformidades”, explica el Dr. Sachs, que también es miembro del Colegio Americano de Cirujanos de Pie y Tobillo. La artritis reumatoide tiende a afectar más rápidamente a las articulaciones de los pies, en parte porque son más pequeñas, dice el Dr. Sachs. Las investigaciones demuestran que, en aproximadamente el 20% de los pacientes con AR, los síntomas de los pies y los tobillos son los primeros signos de la enfermedad.

Pie de osteoartritis

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune crónica que ataca a múltiples articulaciones del cuerpo. Todavía se desconoce la causa exacta de la AR. Se cree que es genética (hereditaria), y los médicos también piensan que puede estar provocada por infecciones, virus y/o bacterias. La AR afecta a cerca del 1% de la población. Las mujeres se ven afectadas tres veces más que los hombres, y los síntomas suelen aparecer entre los 40 y los 60 años.

La artritis reumatoide en el pie y el tobillo es frecuente. La AR suele comenzar en las pequeñas articulaciones de las manos, las muñecas y los pies. Más del 90% de las personas con AR adquieren síntomas en el pie y el tobillo en el transcurso de la enfermedad. En aproximadamente el 20% de los pacientes, los síntomas en pies y tobillos son los primeros signos de AR.

Las articulaciones del cuerpo están cubiertas por un revestimiento conocido como sinovia que lubrica la articulación y facilita su movimiento. En la AR, el sistema inmunitario ataca los propios tejidos del cuerpo, incluida la membrana sinovial. Se hincha, se inflama y destruye las superficies de los huesos que componen la articulación, junto con los ligamentos y otros tejidos que la sostienen. Los ligamentos dañados y debilitados pueden dar lugar a dedos en garra o en martillo. Los huesos también pueden perder densidad y volverse blandos. Los trastornos de la densidad ósea (osteopenia y osteoporosis) pueden provocar fracturas por estrés o colapso óseo.

Cuidado de los pies de la artritis reumatoide

Es lo que se conoce como una enfermedad autoinmune. Esto significa que el sistema inmunitario, que es el sistema de autodefensa natural del organismo, se confunde y empieza a atacar los tejidos sanos del cuerpo. En el caso de la artritis reumatoide, la principal forma de hacerlo es con la inflamación de las articulaciones.

La artritis reumatoide afecta a unos 400.000 adultos mayores de 16 años en el Reino Unido. Puede afectar a cualquier persona de cualquier edad. Puede empeorar rápidamente, por lo que es importante un diagnóstico temprano y un tratamiento intensivo. Cuanto antes se inicie el tratamiento, más eficaz será.

Si tiene artritis reumatoide, su sistema inmunitario puede provocar una inflamación dentro de una articulación o de varias articulaciones. La inflamación es normalmente una parte importante del funcionamiento de su sistema inmunitario. Permite que el organismo envíe más líquido y sangre a una parte del cuerpo que está siendo atacada por una infección. Por ejemplo, si tiene un corte que se infecta, la piel que lo rodea puede hincharse y adquirir un color diferente.

Cuando la inflamación disminuye, la cápsula que rodea la membrana sinovial permanece estirada y no puede mantener la articulación en su posición correcta. Esto puede hacer que la articulación se vuelva inestable y se mueva en posiciones inusuales.

Artritis reumatoide en manos y pies

La AR es una enfermedad sistémica -lo que significa que afecta a todo el cuerpo- y la mayoría de las personas que la padecen toman medicamentos, como los antirreumáticos modificadores de la enfermedad y los biológicos. Sin embargo, hay ciertos tratamientos que pueden dirigirse al pie y al tobillo, y un especialista en pie y tobillo puede trabajar con un reumatólogo para ofrecer un plan de tratamiento integral. A continuación se describen tratamientos tanto quirúrgicos como no quirúrgicos.

Varios factores, como el estado de salud general, la edad, las expectativas y el estilo de vida, determinan si un enfoque no quirúrgico o quirúrgico es la mejor opción de tratamiento. Los especialistas en medicina y cirugía del pie y el tobillo (podólogos y ortopedistas) adaptarán el tratamiento a cada paciente.

Un médico también puede recomendar la cirugía si cree que ésta mejorará la biomecánica del pie y ayudará a prevenir una futura degeneración articular. Esto puede ser una consideración especialmente importante para los pacientes relativamente jóvenes, porque las deformidades del pie pueden afectar negativamente a otras articulaciones, como las rodillas y las caderas.